Cada año, cuando llega noviembre, el Black Friday llena tiendas, webs y redes sociales con mensajes urgentes: “¡Últimas horas!”, “¡Descuentos irresistibles!”, “¡Compra ahora o lo perderás!”. Esta campaña global, que nació en Estados Unidos y hoy domina el comercio mundial, representa uno de los picos de consumo más intensos del año.

En EquiMercado hemos elegimos conscientemente este año no participar en el Black Friday. Y en este artículo te contamos por qué.


El origen del Black Friday: de puente festivo a fenómeno global

El Black Friday tiene su origen en la década de 1960, en Estados Unidos, cuando el viernes posterior al Día de Acción de Gracias se convirtió en el inicio “oficial” de la temporada de compras navideñas. Con los años, las grandes cadenas comerciales empezaron a lanzar rebajas extraordinarias para atraer a millones de personas a las tiendas físicas y, posteriormente, a las online.

Lo que empezó como un día de rebajas se ha transformado en una maquinaria gigantesca de consumo masivo, una especie de carrera en la que parece que todo el mundo “debe” comprar algo, lo necesite o no.


El problema: compramos demasiado y demasiado rápido

El Black Friday incentiva compras impulsivas, motivadas por la urgencia y la falsa sensación de oportunidad. Y los datos lo confirman:

  • En Europa, más del 80% de las compras del Black Friday son impulsivas o no planificadas.
  • Entre el 30% y el 40% de los productos comprados durante estos días terminan guardados, devueltos o sin usarse.
  • Según la Comisión Europea, el aumento del comercio durante el Black Friday incrementa significativamente las emisiones por transporte y packaging, especialmente por el envío express.
  • Cada año, el volumen de paquetes repartidos en estas fechas genera hasta 30% más de residuos de envases.

Esta forma de consumo rápido y emocional choca directamente con los modelos de producción sostenible y Comercio Justo, que ponen en el centro a las personas y al planeta.


El impacto ambiental del Black Friday

Las consecuencias ambientales del hiperconsumo son enormes:

1. Más emisiones de CO₂ por transporte

El aumento de envíos masivos —y especialmente los envíos exprés— multiplica la huella de carbono. Las rutas logísticas se saturan y los transportes urgentes suponen un incremento notable de emisiones.

2. Toneladas de residuos

Embalajes, plásticos, cajas y acolchados que se usan durante segundos y tardan décadas en descomponerse.
Las devoluciones —que en ropa pueden superar el 50%— también terminan generando residuos: muchos productos no vuelven a venderse y acaban desechados.

3. Fabricación acelerada y materiales de baja calidad

Para permitir grandes descuentos, muchas empresas fabrican de forma más rápida, con materiales más baratos y con ciclos de vida más cortos. Esto fomenta la cultura de “usar y tirar”.


¿Cómo es posible que existan descuentos del 50%, 60% o incluso 70%?

Los grandes descuentos del Black Friday no salen de la nada. Se explican por varios factores:

  • Sobreprecios previos: algunos comercios inflan el precio semanas antes para luego aplicar grandes rebajas.
  • Producción masiva a bajo coste: la reducción de calidad abarata la fabricación.
  • Presión sobre proveedores: fabricantes y productores, especialmente los más vulnerables, ven sus márgenes reducidos al mínimo.
  • Grandes economías de escala: las grandes plataformas venden enormes volúmenes a costa de presionar los precios.

Este modelo tiene un coste muy alto que no aparece en la etiqueta:
explotación laboral, precariedad de proveedores, impacto ambiental y productos pensados para durar poco.

En Comercio Justo, en cambio, trabajamos con precios estables y dignos que garantizan condiciones justas de trabajo y una producción respetuosa. Por eso, no podemos ni queremos competir con rebajas agresivas.


Cómo afecta el Black Friday al pequeño comercio

Los pequeños comercios, artesanos, productores y empresas de economía social sufren especialmente durante el Black Friday:

  • No pueden competir con descuentos masivos que reducen su margen hasta niveles insostenibles.
  • Muchos clientes retrasan compras necesarias esperando las rebajas, lo que genera caídas temporales de ingresos.
  • El exceso de presión del modelo de consumo rápido desvía la atención de productos de calidad, locales o sostenibles.

En el caso del Comercio Justo, aplicar descuentos significaría recortar por alguna parte. Y ese recorte nunca podría hacerse a costa de quienes producen nuestros cafés, tés, chocolates, cosmética o frutos secos en condiciones dignas.


Nuestro compromiso: consumo responsable y precio justo

En EquiMercado decidimos no participar en el Black Friday porque:

  • Pagamos un precio justo a origen.
  • Nuestros márgenes son ajustados para mantener una cadena justa.
  • Priorizamos el consumo responsable, no la compra impulsiva.
  • Defendemos una economía más humana, sostenible y consciente.
  • Apoyamos a pequeñas cooperativas y organizaciones rurales, no a grandes plataformas.

Nuestra propuesta es otra: comprar con calma, valorar lo que consumimos, conocer el origen, apoyar proyectos que generan impacto positivo y apostar por productos que cuidan tanto a las personas como al planeta.


Consumir menos, pero mejor

No queremos que compres más. Queremos que compres mejor.
Queremos que elijas productos que respetan su origen, que generan oportunidades y que están hechos para durar.

Gracias por formar parte de una comunidad que apuesta por el Comercio Justo, la dignidad laboral y un modelo de consumo que pone la vida en el centro.